Salas de despecho: donde las lágrimas se beben con tequila
y se gritan con Amanda Miguel.
¿Te dejaron por “alguien más joven”?
¿Te aplicaron el clásico “no eres tú, soy yo”?
¿Te bloquearon de WhatsApp, pero no de la memoria?
Amiga… ¡bienvenida al club! Y no, no es uno exclusivo, es más bien un bar emocional donde todas hemos bailado al ritmo del dolor… pero ahora también al ritmo de Amanda Miguel con mezcal en mano y los ovarios bien puestos.
Las salas de despecho son la respuesta millennial y bien iluminada (con luces neón, obvio) al drama que nos deja un ex. Son bares diseñados no para ligar, sino para desintoxicarte emocionalmente a grito pelado. Aquí no hay “ay, pon algo más tranquilo”, aquí hay “Rómpeme, mátame, pero no me ignores” sonando con todo el power de Lupita D’Alessio en todo el lugar.
¿Qué se hace en una sala de despecho?
- Se llora, sí. Pero llorar con amigas, con shots, con luces bajas y con “Él me mintió” de fondo, se convierte en un acto de liberación digno de un performance en el Met Gala.
- Se canta, se grita, se desafina. Porque si no has roto tu garganta con “Lo siento mi amor, fue un engaño, lo sé”, ¿realmente has superado algo?
- Se abraza a desconocidas. Porque hermana, en la sala de despecho no hay extrañas. Solo mujeres que ya pasaron por lo mismo… o están pasando por lo mismo, pero con más gloss.
¿A quién vas a escuchar aquí?
Prepara tu playlist interior porque aquí se rinde culto a nuestras verdaderas terapeutas no tituladas:
• Amanda Miguel con su melena y sus verdades.
• Alejandra Guzmán, enseñándonos a rugir como leonas heridas, pero eternamente bellas.
• Lupita D’Alessio, la diosa del “que ganas de no verte nunca más”.
• Ana Bárbara, porque a veces lo que una necesita es decir “ni que fueras la gran cosa”.
• Belinda, Thalía y Paulina Rubio, para esos momentos de despecho con glitter y coraje pop.
¿Qué se toma?
Lo que sea, menos decisiones impulsivas de textear al ex.
Aquí se sirve:
• Tequila para olvidar.
• Mezcal para recordar por qué se fue.
• Y mojitos para hacer como que no pasó nada… hasta que suena “Amor Prohibido”.
¿Dónde hay una de estas joyitas?
Ya hay varias salas de despecho ganando terreno en CDMX, Guadalajara, Monterrey y más ciudades con alto índice de decepciones amorosas (o sea, todo el país). Algunas tienen hasta karaoke temático, otras shows en vivo, y otras simplemente una DJ que sabe que el orden de las canciones importa más que tu terapeuta.
TIP OVEJA ROSA:
No vayas sola. Llévate a tu rebaño. Entre todas, hacen un ritual sagrado de sanación: brindis, llanto, mentada, baile y foto sexy para redes (con caption tipo “la que lloraba ya no está, ahora solo canta”).
Si vas a llorar, que sea con estilo. Si vas a gritar, que sea con letra de mujer empoderada. Y si vas a superar, que sea bailando sobre los restos de esa relación como toda una diva despechada.
Porque la dignidad se recupera, pero primero se canta.
Besos, la Oveja Rosa